Trasplante de córnea

CAUSAS DE UN TRASPLANTE DE CÓRNEA

La córnea es una lente, es la parte transparente del ojo, situada por delante del iris. El buen estado de la córnea es fundamental ya que es la responsable de permitir que la luz externa traspase al interior del ojo. Es de vital importancia que la córnea se mantenga en buen estado tanto en su curvatura como en su transparencia.

La córnea, al estar en contacto con el aire, está expuesta a bacterias, virus, contaminación, arañazos… Todos estos factores pueden atacar a la córnea provocando queratoconjuntivitis, edemas, herpes, úlceras,… Las posibles complicaciones de estas patologías (leucomas, cicatrices) conllevan una disminución en la transparencia de la córnea y, en consecuencia, a una pérdida visual. Seguir rigurosamente el tratamiento marcado por tu oftalmólogo es imprescindible para evitar males mayores.

Existen otra serie de patologías, como el queratocono o las degeneraciones marginales pelucidas, que afectan a la córnea, alterando su curvatura y provocando una visión muy distorsionada. En casos muy  avanzados de estas patologías, la corrección con gafas o lentillas no es suficiente para proporcionar una visión adecuada. Es en estos casos cuando hay que recurrir a tratamientos quirúrgicos que aportan una gran mejora en la calidad visual.

La córnea se caracteriza por una ausencia absoluta de vasos sanguíneos que permite que ésta sea totalmente transparente. Cualquier patología que produzca una disminución en la transparencia de la córnea implica que llegue menos luz a la retina. Si la zona afectada de la córnea se sitúa en la zona visual de la misma, dichas patologías pueden producir una severa pérdida en la visión.